jueves, 27 de septiembre de 2012

Paradigmas y kilómetros: diferencias morales

Hace días que cuando corro tengo un tema recurrente en la cabeza que no me deja libre. Incluso es tan profundo y potente que, aunque tengo el I-pod conectado a su nivel máximo, no puedo prestarle atención a la canción que está sonando. Corro, corro... y ese pensamiento me persigue. Di dos vueltas al hipodromo, hice 11 kilómetros. Curioso fue que no me había dado cuenta la distancia que había recorrido cuando iba por el 7km. Sucede! no? Sucede a menudo.
El problema es más o menos así. ¿Viste cuando vas aceitando tu mirada y encontrás que las diferencias superficiales en realidad esconden profundos hiatos entre paradigmas sociales, morales y comportamentales inconmensurables? Bueno, eso! Planteado así parece metafísica pura. Pero no lo es. Dejenme darles unos ejemplos.

Supongamos que viene un vecino y te putea por X motivo, con o sin razón (no es ese el punto). Vos reaccionas y lo puteas. Se acerca alguien --que bien puede ser un amigo, tu esposa o tu hermano-- y te dice: "che, no. No lo putees, estuviste flojo". Y vos lo mirás, pensas en lo que te dijo, y le respondes: "Si, la verdad que si. Tenes razón. Pero reaccioné en caliente, que le voy a hacer".

Hasta ahí tenemos dos formas de reaccionar posible, la tuya y la del que te dijo que estuviste flojo. Pero no hay dos concepciones en pugna sobre como está bien o mal reaccionar. ¿Si? Te podes equivocar, y lo admitís (o incluso ponele que no lo admitís en el momento), pero hay una concepción compartida: "¡Así no está bien!" Ojo, en el ejemplo dejo entrar el error y la reiteración: vos podes, una y mil veces reaccionar mal. Pero es eso, ¡reaccionaste mal! No hay discusión.

Ahora permítanme presentar una situación aparentemente relativamente diferente, a partir del ejemplo anterior. Tu reacción alnte el vecino fue la misma: lo puteaste y se acerca otro y te dice lo mismo. Pero esta vez vos respondes: "No, no estuve mal. Se lo merece por equis razón". Es decir, sostenés que lo correcto es putearlo si el otro te putea. Y el otro --tu esposa, tu hermano o tu amigo-- te dice que no, que te entiende, que estabas caliente, pero que "no está bien por más que sea la forma en que te sale reaccionar".  La diferencia con el caso 1, salta a la vista. En esta situación vez, vos no aceptas que fue un error o una reacción que no controlaste si no que consideras que "está bien". No sólo que podes hacerlo mil veces, si no que además es correcta. Hay dos concepciones en pugna.

A simple vista los dos ejemplos pueden parecer mostrar una diferencia superficial. Puede incluso quedar como una discusión sobre como reaccionar, y nada mas. Algo trivial. Puede ser considerada una diferencia menor. Pero que tal si en realidad lo que está en pugna --y voy a exagerar, para hacer más evidente lo que quiero contrastar-- es un modelo de comportamiento versus otro, una concepción moral versus otra, del tipo "ojo por ojo" versus "la otra mejilla". Ahi si, creo yo, hay un hiato quizás insalvable.

Sigo corriendo y no puedo dejar de pensar en esto.

5 comentarios:

  1. "una concepción moral versus otra, del tipo "ojo por ojo" versus "la otra mejilla". Ahi si, creo yo, hay un hiato quizás insalvable".

    Eso, dos concepciones contrapuestas y, además, de esas que son difíciles de hacer dialogar porque implican miradas, puntos de partida, objetivos, contrapuestos.

    Lo pienso en algo, por caso, no personal sino nacional: coincidimos en que es necesario sanar y reconciliar la historia argentina, ¿verdad?.
    Ahora, para algunos será negando o minimizando el pasado; para otros, culpabilizando a los actores pasados; para otros, exigiendo justicia legal; para otros, fuera de lo legal, amigándose con, por decirlo, su suegro milico o su yerno monto; para otros, ni siquiera es necesario hacer algo, porque ya pasó y no es su historia.

    Esos hiatos, como le decís, creo que son los que nos definen, nos revelan quiénes somos, quién soy. Y no sé si está tan mal. Al fin y al cabo, no sé si el irenismo es tan deseable.

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  2. Mientras escribía sabía que podía hacerse una lectura nacional o si se quiere política del asunto. Y en cierta medida, puede que el tema sea abordable desde ahí. Pero, y por eso dudé en ponerlo en votos ponderados o aquí, es más personal. Digamos, más "vida cotidiana". Por ejemplo, y pregunto Pablete (casi abusando de obtener un consejo espiritual o psicológico gratis), ¿como hace una pareja para educar a sus hijos si tienen concepciones, de este tipo, encontradas? Qué tema, eh?

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  3. Yo, por eso, no tengo hijos (¿?). Ni pareja.

    Y si me tiré a la lectura nacional o política, es porque siento/creo que estas cosas cotidianas y personales se espejan en otras más grandes. Cuando decía en FB el tema de creer que con la misma palabra decimos lo mismo, iba un poco por acá.

    "Hay que ponerle límites al nene": claro, es obvio. ¿Pero qué límite?. ¿Decir a todo que no? ¿Que no vea tele después de las 10 pm? ¿que no deje de saludar a las personas?.

    Cuando surge la ley del talión "ojo por ojo", es un tremendo avance en las culturas de la mesopotamia asiática: la venganza/revancha debe ser proporcionada.

    La propuesta "poner la otra mejilla", justamente en Mt 5,39 va planteada como superación (?) del talión; la clave de lectura es 5,20: una justicia/santidad que supere la de los escribas y fariseos, cerrando con 5,48: sean perfectos/acabados como el Padre. Y es una propuesta ética a una comunidad cristiana, no "a la humanidad".

    Dejando atrás esta parrafada: si fuera mera ley del talión, andaríamos ciegos; si sólo pusiéramos la otra mejilla, andaríamos sin muelas.

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  4. Esto me resulta super util para mi clase de Teoria de Juegos, respecto del dilema del prisionero: "si fuera mera ley del talión, andaríamos ciegos; si sólo pusiéramos la otra mejilla, andaríamos sin muelas"

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