martes, 23 de abril de 2013

Alabama

Corrí hasta la embajada de Estados Unidos. unos 4,5 km de ida y otros tanto, obviamente de vuelta. Fui por la carretera que va desde Ciudad del Saber a Clayton. Subía y bajaba, y a veces las piernas tiraban un poco. Llegué y me bañé. Luego me prestaba para ir a Albrook. A la salida del Hotel estaba esperando un taxi, y como no había muchos le ofrecí a un huesped del hotel que también estaba esperando compartir el taxi. Los dos ibamos para Albrook Mall, así que nos venía bien compartirlo. Me preguntó de donde era, le dije que de Buenos Aires, Argentina. Se rió. Me dijo que había crecido en "Germany" y que su primera novia era Argentina. Le pregunté de donde era, me dijo que de Alabama. Lo primero que se me ocurrió fue decirle: "Ah! sí, el estado de Forest Gump". Se rió y me dijo que si, que la película tenía muchas cosas que sólo alguien de Alabama entendía en lo profundo. Agregué que me gustaba esa canción... "sweet home Alabama". Nos pusimos a charlar mientras el chofer del taxi conducía sin apuro hacia Albrook, quizás pensando en qué conversación rara estaban teniendo este sudamericano y este norteamericano.

Seguimos charlando. Un poco de geografía. Qué dónde estaba Alabama (al sur, obvio, pero tenía que hablar de algo y prestarle atención). Indefectiblemente le pregunté quien  habia ganado la ultima elección en Alabama, y ahí la cosa se puso buena. Me diijo que era un estado conservador, como buen estado sureño: muy conservador! Pero que por siglo y medio en ese estado había una lealtad hacia los demócratas, puesto que desde la guerra civil a los republicanos  los veían como al ejercito invasor. Con detalle marcó su posición sobre la "soberana confederación" y la intromisión de los norteños (abolicionistas, por cierto). Ahi le comenté: "entonces, no me queda claro, ¿es conservador pero votan a los demócratas? ¿como es eso?" Y me dijo que si, pero que la ultima elección ya no. Habían ganado los republicanos. Se me ocurrió preguntarle, pues en qué consistía la diferencia entre demócratas y republicanos en un estado conservador del sur (por cierto, sería una pregunta similar a cual es la diferencia entre un peronista y un radical en las provincias del norte del país). Y me dijo, "you know! los demócratas son liberales en los temas sociales, creen que hay que ayudar a los pobres porque no han tenido suerte y no tiene oportunidades. Los republicanos, en cambio, dicen que no. No hay que darles ayuda social, porque es indigno y se malacostumbran a vivir del estado y se vuelven perezosos, you know!" Lo miré, en mi rol de cientista social haciendo trabajo de campo (sin emitir opinión afirmativa o negativa sobre su comentario), y le dije: "Ajá! ya veo". Y agregó: "Tu los ves, están gordos y tienen un TV gigante, y ¿cómo es que hay que aumentar impuestos para ayudarlos?". Por ahí me equivoco, pero seguramente era republicano.

domingo, 21 de abril de 2013

Tramitología

Esta vez, me traje para correr las remeras (o playeras) de la selección argentina y de la mexicana. En ambos casos la remera suplente, la azul de argentina y una bordó mexicana. Pero eso no es lo importante. Una interlocutora en estos días, me comentó algo que me pareció curioso, me dijo que a tal o cual dependencia había que reforzarla, había que hacerla más institucional, más transparente y mejorar su capacidad de monitoreo y control. Pero que, ojo! no era una cuestión de complicar las cosas (y ahí tiró la definición que me dió vuelta en la cabeza por unas horas), dijo: no era una cuestión de "tramitología".

En efecto, la tramitología se puede definir como el estudio y conocimiento del trámite. Y es precisa esa expresión, cuando la única forma de hacer que las autoridades o los agentes emprendan una acción es mediante una cantidad de trámites que sólo un experto conoce. Inmediatamente pensé en la forma en que ARBA y AFIP cobran y recaudan impuestos. Por ejemplo, en ese 3% automático que te cae de ARBA a tu cuenta cuando ingresa un depósito sin preguntarte. Pues, luego para hacer un reclamo olvidate. Me quedé pensando cuando corría en medio de la humedad y el calor. Corrí tanto que me sirvió para transpirar la obsesión sobre la idea de la tramitología. Pero ahora que me senté, me acordé de nuevo.

viernes, 19 de abril de 2013

Ciudad del Saber

Cuando vengo a Panamá, me alojo en un Hotel, perteneciente a una cadena internacional, que está en las afueras de la ciudad. El lugar se llama Ciudad del Saber, aunque todavía se leen los carteles de City of Knowledge, que recuerdan que esta zona fue durante mucho tiempo territorio ocupado por los USA. Si las entrevistas comienzan a las 10:00, me da tiempo a salir a correr, bañarme y bajar a desayunar. Si no, corro a la tarde. El clima es ideal para correr. Húmedo y caluroso. Se siente el efecto a los 3 kilómetros. Ni te cuento a las 5 km. A los 10 km estás ensopado. Suelo subir por el camino que me lleva desde el Hotel a las oficinas del PNUD, doy vuelta por el colegio Isaac Rabin, y sigo bordeando un parque en donde hay canchas de tenis, juegos para niños y una mega pista para correr. No tiene ese recorte cuadrado hispano que suelen tener nuestras plazas. Es más bien un parque. Si, un parque. Las casas no tienen medianeras o esos típicos límites de propiedad. Algunas de ellas dan al parque.

Subo por un camino que te saca directo a Clayton. Son unos 8 kilómetros hasta el cruce de la carretera. Vas a un costado, por una calzada de cemento alisado, al costado del camino. Está repleto de árboles. Es un paisaje boscoso y húmedo, en donde las casas de material y madera, al mejor estilo "gringo", se mezclan con la vegetación. Es uno de mis lugares favoritos para correr. Luego regreso por ese mismo camino, pero en lugar de tomar para el lado del Hotel, doble en sentido al occidente, bordeando Ciudad del Saber, entre sus calles en donde, también, se mezclan las casas y los parques, y esos edificios de tres pisos de alto pero super anchos de las oficinas de organismos internacionales, fundaciones y universidades. También hay colegios, con unos campus que son una envidia. Paso por el nuevo centrito comercial, donde está Pan y Canela, un lugar al que me he hecho asiduo asistente al mediodía, paso por el café en el sitio de al lado, y sigo rumbo a la calzada que da justo al borde de la carretera que va de lado al Canal de Panamá. Ahí hago unos 2 km siempre en paralelo al Canal, mientras veo el desfile de los gigantescos barcos repletos de "containers". Me hago siempre la misma pregunta: ¿cómo es que no se caen esas "pilas" de containers cuando están en alta mar? A mitad de mi recorrido, está la exclusa. Ahi los barcos se frenan, para esperar que el agua se ponga al mismo nivel. Uno observa que el barco desciende, y sale rumbo al pacífico.

Sigo corriendo. Llego al hotel "ensopado". Saludo a los y las recepcionistas, que a esta altura ya nos resultamos mutuamente familiares. Subo, me baño. Sigo trabajando. Amo este lugar.

martes, 9 de abril de 2013

Donar para salir de Shopping

Salí a correr y luego escuché una conversación que me dejó atónito. Una de las señoras que le decía a la otra:
— Llevé un montón de ropa de los chicos. Si, la verdad es que la gente necesita; y ésto, los míos, ya no lo usaban más.
— Ah! qué bien, mirá vos!
— Si, pero ¿vos sabés? che, ¡que me quedé sin ropa! —y levememte acompañó el comentario con una risa entre nerviosa y traviesa
— Huy, pero ¿cómo que te quedaste sin ropa? ¿Te quedaste sin ropa?— casi con sorpresa, le preguntó la otra.
— (riendo, la otra, le preguntó como respondiendo a su pregunta) ¿Che, estará abierto (mencionando marca g, h y v)?— y su nerviosismo y placer aumentaba
— Si, como todos los días — le dijo la otra, medio confundida y sin comprender
— Ah! Buenísimo, así ahora aprovecho y reviento al tarjeta. Necesitaba renovar el placard de los chicos.
Me quedé pensando.... pero, no recuerdo bien lo que pensé. Ahora se me ocurren muchas cosas. Imagino que a la interlocutora también.

domingo, 7 de abril de 2013

La Cámpora, un crítica y una defensa

Cuando escuché la discusión entre Larroque y Miceli, me identifiqué con el periodista. Me pareció bastante egoista la actitud de esa agrupación política frente a la tragedia. Luego me decía una vieja compañera, "Pero Diego! La cruz roja también se identifica, Los Boys Scout también". Calculo que con eso bastaba para justificar que una agrupación política se identificara. Si estuvieran haciendo campaña para la elección estaría más que justificado. Que sea la Franja Morada (que antiguo soy! por dios) o La Campora, sería igual y legítimo. Pero ahí es donde, si me permiten, me parece que hay una diferencia que el contexto impone. Una agrupación política tiene integrantes que trabajan para conquistar o mantener el poder, y eso es su rasgo distintivo: ocupar cargos, representar en el congreso a sus organizaciones y partidos, que en el mejor de los casos representan a grupos de la sociedad (pero sólo en el mejor de los casos y no necesariamente). Lo que los hace diferentes a los demás es esa noble o vil, según como la vea cada uno, vocación por el poder. Y es necesario que así sea. La política consiste en tomar decisiones colectivas y públicas amplias, para no matarnos unos a otros por tener ese poder, entonces, competir para tomar decisiones transitorias es lo más razonable que podemos hacer. Si no el que tiene el ejercito más poderoso ocupa el territorio y manda; y si eso es así, nuestras vidas y libertades quedan absolutamente al arbitrio de ese poder absoluto (de eso sabemos, la ultima dictadura fue lo peor de esa forma agonal de entender la política).

Que quieran ganar votos está bien, está muy bien. Que trabajen para ello, está más que bien. Ahora, quizás el contexto no era propicio para ello. Entiendo que quieran dejar en claro que eran ellos y no otros los que estaban ahí, porque seguramente es para ellos una diferencia importante que los distingue de sus adversarios. Pero no era el momento, creo yo, para "competir" en medio de la tragedia. Creo que estas catástrofes ponen de manifiesto que necesitamos, más estado, más política pública de largo plazo y menos partidización electoral de corto plazo.

Me parecía y parece que no, que se confunde de ese modo al Estado con el partido, y al Estado con el gobierno. Y cuando eso sucede producimos resultados por debajo de nuestras capacidades colectivas totales.

Ahora bien, quiero decir además que de todas formas prefiero a los jóvenes o adultos militantes trabajando con la camiseta puesta que a los que no hacen nada por los demás, ya sea de arriba, del medio o de abajo. Ya sean de izquierda, del centro o de la derecha. No juzgo a los que no quieran hacer nada o no confíen en ningún partido político o se queden en la casa porque están más cómodos con la familia. Me parece genial y hasta justificado, en algunos casos. Pero en mi opinión personal, en el contexto, necesitamos más de los que quieren hacer cosas (por el motivo que sea) que los que no mueven (o movemos) un dedo a no ser que sea para señalarlos. Ahí sí, creo que, hay una diferencia! A favor, obvio.

La Plata 1

El martes cayeron más de 350 mm en La Plata. Se inundó Tolosa, donde vive la abuela de mi mujer de 94 años (la abuela tiene 94, no mi mujer; aclaro!). Por suerte no le pasó nada a ella. Tan solo un metro y medio de agua en la casa con pérdidas de muchos objetos afectivamente invaluables de la familia. Ese día pasó de todo, además se incendió la refinería de YPF y la combustión dejó muchas casas sucias con una sustancia negra. La piscina de mi suegro estaba tapada por una película negra, y el departamento de mi suegra tenía las paredes exteriores del lavadero chorreadas por una sustancia que parecía brea. Mi mujer, que a esta altura del relato es obvio que es oriunda de La Plata, se movilizó enseguida. De aquí para allá. Posteamos en facebook el jueves que estábamos juntando cosas, y tuvimos la respuesta de muchos amigos, conocidos y allegados. Mi hermano Pablo, por ejemplo, enseguida difundió en el colegio donde él es profesor y para el viernes habían juntado de todo. Lo mismo en el colegio de mis hijas. Vecinos, que no se como se enteraron, vinieron a ofrecer ayuda. Para el viernes teníamos el living de mi casa lleno de bolsas, ya clasificadas. Llamé a un flete, para llevar todo eso, pero el costo era oneroso (mil pesos). Así que decidí que lo llevábamos nosotros. Hablé con conocidos/as que al principio se sumaban, pero luego por una cosa o la otra, finalmente no quisieron venir a La Plata.

Así que el sábado desarmamos los asientos de los autos de mi mujer y mío y los cargamos. Noté que estoy ligeramente viejo, porque mi cintura quedó a la miseria. Llamamos un par de fletes pequeños, y los cargamos también. Nos fuimos a La Plata. El día allí estaba hermoso. Llegamos a la facultad de Humanidades, de la UNLP, donde nos recibió la secretaria académica. Estudiantes y profesores nos ayudaron a descargar. Inmediatamente cargaban un auto para llevar al hospital de niños o a cualquier sitio de la ciudad que permanecían invisibles, porque no estaban siendo de la atención de los medios de comunicación. Y allí bajamos todas las donaciones que amigos, padres de compañeros/as de mis hijas y conocidos hicieron.

Más o menos, así fueron las cosas. Ahora bien, hay muchas anécdotas sobre la condición humana que no quiero dejar pasar pero saturarían una entrada en el blog. La primera de todas estas es que había mucha gente con ganas de hacer cosas para ayudar a los demás y se comprometía. Vi estudiantes trabajando juntos, vi jóvenes de partidos políticos poniendo el cuerpo y las manos, o cebando un mate, como dice mi mujer. Gente en la catedral de La Plata, frente a la plaza Moreno. En diferentes clubes, parroquias y organizaciones barriales y sociales, etc. En los comités y unidades básicas.  En Tolosa, gente lavando el auto y esperando que se secara. Lavando los pisos de las casas, secando sus pertenencias. Fuimos a dar una mano a unos amigos y vimos por donde había estado la línea de agua. La gente de buen humor, trabajando.

Vimos mucha gente sin excusa haciendo cosas, con banderas o sin banderas. Con pertenencias o sin pertenencias, lo importante era que muchos dejaban la comodidad de un día sábado o domingo para estar ayudando a gente que no conocía. Solidaridad impersonal, sin temor al otro que no conocían. Creo que, independientemente de las críticas que se puedan hacer a unos u a otros, merecen ser destacados e imitados, tengan la camiseta que tengan. Después postearé anécdotas positivas y negativas, pero quería destacar que cuando veo la gente así me siento feliz.