sábado, 20 de junio de 2015

Randazzo o Zanini

Perdonen que insista. En estos días se están definiendo todas las precandidaturas nacionales y algunas provinciales. Hoy sábado 20 además es especial, es "el día" de definición de la oferta política. A las 0:00 vence el plazo para presentarse. En este marco la definición del FpV de ir con una sola candidatura presidencial (y al parecer tres precandidaturas provinciales) ha sido el gran tema. Algunos se sorprendieron por la definición de la fórmula Scioli-Zanini. Yo no. Me explico.

A mi lo que me sorprendía durante todo este tiempo había sido la persistencia de la candidatura de Randazzo. Y sobre todo la virulencia discursiva contra su contrincante interno. El 24 de Abril del 2015, en la Voz del Interior, publiqué una artículo titulado "La carrera de fondo en el Kirchnerismo" (leerlo pinchando el título). Además de reconocer que Scioli había entendido que la carrera por la candidatura era una Marathón y no una de velocidad de 1000 metros, me animé a escribir lo que desde enero venía hipotetizando: Cristina no podía darse el lujo de perder contra Scioli auspiciando o pareciendo auspiciar la candidatura de un contrincante. Y eso porque de ganar Scioli la primaria abierta simultánea y obligatoria lo convertiría a él en el único líder indiscutido: el que gane conduce y el que pierde acompaña (si el que gana lo deja con vida!). De modo que lo que sorprendía era la persistencia de la candidatura de Randazzo, no así su salida de la competencia. La salida de Randazzo, independientemente de los gustos y de la percepción personal que pudieran tener sus partidarios y él mismo, era lo lógico.

En segundo lugar, la candidatura de Zanini como vicepresidente es algo que tembién tomó por sorpresa. En esa mismo artículo decía:
"Los días previos al cierre de listas encontrarán a la Presidenta y a Scioli discutiendo el nombre del vicepresidente y las candidaturas legislativas. Si logran un acuerdo, entonces la Mandataria habrá dado un respaldo explícito a la candidatura de Scioli"
Y posteriormente hablaba del equilibrio en la fórmula. Ese equilibrio debía hacerse en dos dimensiones. En primer lugar, la dimensión de la coalición Kirchnerista: por un lado el socio mayor de esa coalición, el Partido Justicialista, al cual hoy Scioli expresa como el hombre no sólo mejor posicionado sino como su hombre más confiable; y por el otro el conjunto de movimientos y agrupaciones "K" no pejotistas (una complejidad sólo discernible para entendidos). En segundo lugar, la otra dimensión supone un equilibrio federal en la fórmula: esto es, si el candidato es de un distrito, el vice no puede ser del mismo distrito (¿se entiende?). Hay que ganar votos por todo el territorio y darle volumen nacional a la fórmula.

Con esta ecuación intuía que los candidatos naturales a vices que compensaban a Scioli (quien tiene el atributo de ser PJ-Bonaerense) eran los gobernadores más cercanos al mundillo "K" no pejotista. Algo dificil, puesto que los gobernadores son en su mayoría los conductores del PJ distrital de sus provincias. Pero haciendo esa salvedad, el candidato intuitivo era para mi Sergio Urribarri (Entre Rios). También, por especular, se me ocurría que el ex gobernador de Santiago del Estero y actual presidente provisional del senado, Gerardo Zamora, cumplía con ese requisito. En menor medida, como una sorpresa, podría haber sido Maurice Closs (gobernador de Misiones). También consideré (y aquí me abría una ventana al acierto) que un miembro del gabinete podría ser un compañero de fórmula. Pero aposté por Agustín Rossi (si bien PJ de Santa Fé, más querido en el mundo K no pejotista que en el propio). Explícitamente dejé fuera de la especulación a cualquier miembro del gabinete nacional de origen porteño o bonaerense (por ejemplo, Axel Kicillof, que proviene del mundo K no pejotista).

Finalmente fue Zanini. Un "pingüino" del núcleo fundador, un K original no circunstancial. La ecuación cerraba.

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