Luego de un largo año electoral, el 22 de
noviembre concurriremos por tercera vez a las urnas para elegir, esta vez
definitivamente, al próximo presidente de la república. De las paso, habían
emergido Daniel Scioli (8.7 millones de votos) y Mauricio Macri (6.7 Millones)
como los candidatos más votados, seguidos por Sergio Massa (4.6 millones). Las
teorías indicaban que, de existir políticos y votantes estratégicos, la
polarización entre Scioli y Macri, erosionaría el caudal de apoyo de Massa y en
consecuencia, sus votos irían a parar a los dos más votados. De esta incógnita,
dependía, si la elección terminaba en primera vuelta o habría ballotage. De más
está decir que eso no ocurrió, y que si bien Scioli trepó a 9 millones de votos
y Macri a 8.3 millones de votos, esos votos no vinieron de los votantes de
Massa, que obtuvo el domingo pasado también un incremento en la votación que lo elevó a los 5.2 millones de votos. ¿De
donde vinieron los votos del candidato de Cambiemos, entonces? Los datos
indican que el respaldo a éste, provino potencialmente en su mayoría de dos
lotes. Por un lado el voto en blanco en las PASO fue de 1.2 millones, para
desplomarse a los casi 600 mil votos. Por otro lado, los votos positivos en las
PASO fueron de 22 millones aproximadamente para trepar a 24.4 millones el
domingo pasado. ¿Qué nos indica esto? Que Mauricio Macri, supo conquistar el
respaldo mayoritario de los indecisos, de los menos politizados a los cuales la
política partidista, las definiciones ideológicas, la política que ven como
tradicional, no los convoca ni los atrae. En este sentido, si bien el candidato
del FPV obtuvo más votos que su inmediato contrincante, concretamente 600 mil
votos más, no fue el ganador de la noche del domingo y que no ha
logrado despertar la adhesión de los ciudadano menos intensos políticamente, que han visto en
el candidato del PRO -y ahora con más intensidad- a su candidato. Los resultados
del domingo pasado, dejaron en tablas a ambos contrincantes, aunque con un impulso
simbólico poderoso en favor de Mauricio Macri.
Puestas las cosas así, la tendencia está en favor del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero los partidos no se ganan antes de jugarlos, con excepción de que el rival no se presente al campo de juego (como ocurrió con Menem). La pregunta que todos hacen y que nadie puede responder es: ¿Quién ganará el ballotage?. Pero podemos hacer algunas conjeturas, en base a algunos números, siempre advirtiendo al lector que en política, dos más dos no siempre son cuatro.
Puestas las cosas así, la tendencia está en favor del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero los partidos no se ganan antes de jugarlos, con excepción de que el rival no se presente al campo de juego (como ocurrió con Menem). La pregunta que todos hacen y que nadie puede responder es: ¿Quién ganará el ballotage?. Pero podemos hacer algunas conjeturas, en base a algunos números, siempre advirtiendo al lector que en política, dos más dos no siempre son cuatro.
- FIT: De los 800 mil votos que obtuvo el FIT, podemos considerar que 200 mil pudieran seguir la posición oficial del frente: votar en blanco. El resto, es poco probable que voten por el candidato del PRO, aunque uno nunca sabe. Podríamos entonces pensar que esos 600 mil, ceteris paribus, están más cerca del gobernador bonaerense que del jefe porteño.
- R Saá: En estos días Rodriguez Saá dejó traslucir que su espacio se inclinaría por Daniel Scioli, y si bien los votantes no siempre se inclinan por lo que sus dirigentes deciden, podríamos pensar que esos 400 mil votos en su mayoría están más cerca también del gobernador bonaerense.
- PROGRES: Más difícil es estimar la dirección de los 600 mil votantes de Margarita Stolbizer, los cuales pueden ser tan progresistas como antiperonistas, lo que deja una duda importante acerca de su potencial inclinación en la segunda vuelta. Mi sospecha es que, por estimar a ojo, 2/3 de esos votante están más cerca de Mauricio Macri que de Daniel Scioli.
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