jueves, 29 de octubre de 2015

La incógnita del Ballotage


Luego de un largo año electoral, el 22 de noviembre concurriremos por tercera vez a las urnas para elegir, esta vez definitivamente, al próximo presidente de la república. De las paso, habían emergido Daniel Scioli (8.7 millones de votos) y Mauricio Macri (6.7 Millones) como los candidatos más votados, seguidos por Sergio Massa (4.6 millones). Las teorías indicaban que, de existir políticos y votantes estratégicos, la polarización entre Scioli y Macri, erosionaría el caudal de apoyo de Massa y en consecuencia, sus votos irían a parar a los dos más votados. De esta incógnita, dependía, si la elección terminaba en primera vuelta o habría ballotage. De más está decir que eso no ocurrió, y que si bien Scioli trepó a 9 millones de votos y Macri a 8.3 millones de votos, esos votos no vinieron de los votantes de Massa, que obtuvo el domingo pasado también un incremento en la votación  que lo elevó a los 5.2 millones de votos. ¿De donde vinieron los votos del candidato de Cambiemos, entonces? Los datos indican que el respaldo a éste, provino potencialmente en su mayoría de dos lotes. Por un lado el voto en blanco en las PASO fue de 1.2 millones, para desplomarse a los casi 600 mil votos. Por otro lado, los votos positivos en las PASO fueron de 22 millones aproximadamente para trepar a 24.4 millones el domingo pasado. ¿Qué nos indica esto? Que Mauricio Macri, supo conquistar el respaldo mayoritario de los indecisos, de los menos politizados a los cuales la política partidista, las definiciones ideológicas, la política que ven como tradicional, no los convoca ni los atrae. En este sentido, si bien el candidato del FPV obtuvo más votos que su inmediato contrincante, concretamente 600 mil votos más, no fue el ganador de la noche del domingo y que no ha logrado despertar la adhesión de los ciudadano menos intensos políticamente, que han visto en el candidato del PRO -y ahora con más intensidad- a su candidato. Los resultados del domingo pasado, dejaron en tablas a ambos contrincantes, aunque con un impulso simbólico poderoso en favor de Mauricio Macri.

Puestas las cosas así, la tendencia está en favor del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero los partidos no se ganan antes de jugarlos, con excepción de que el rival no se presente al campo de juego (como ocurrió con Menem). La pregunta que todos hacen y que nadie puede responder es: ¿Quién ganará el ballotage?. Pero podemos hacer algunas conjeturas, en base a algunos números, siempre advirtiendo al lector que en política, dos más dos no siempre son cuatro.


  • FIT: De los 800 mil votos que obtuvo el FIT, podemos considerar que 200 mil pudieran seguir la posición oficial del frente: votar en blanco. El resto, es poco probable que voten por el candidato del PRO, aunque uno nunca sabe. Podríamos entonces pensar que esos 600 mil, ceteris paribus, están más cerca del gobernador bonaerense que del jefe porteño. 
  • R Saá: En estos días Rodriguez Saá dejó traslucir que su espacio se inclinaría por Daniel Scioli, y si bien los votantes no siempre se inclinan por lo que sus dirigentes deciden, podríamos pensar que esos 400 mil votos en su mayoría están más cerca también del gobernador bonaerense. 
  • PROGRES: Más difícil es estimar la dirección de los 600 mil votantes de Margarita Stolbizer, los cuales pueden ser tan progresistas como antiperonistas, lo que deja una duda importante acerca de su potencial inclinación en la segunda vuelta. Mi sospecha es que, por estimar a ojo, 2/3 de esos votante están más cerca de Mauricio Macri que de Daniel Scioli.
Si esos fueran los cálculos, probablemente el ballotage fuera de Daniel Scioli de manera ajustada. No obstante, quedan los 5.2 millones de votos de Sergio Massa (y en menor medida de José Manuel de La Sota). Ese es el lote decisivo. De partirse en ambas direcciones por partes iguales, favorecería un triunfo de Daniel Scioli en segunda vuelta. Pero la incertidumbre es grande, al menos hasta hoy, acerca de cuáles son las preferencias de esa porción del electorado. Ya ha pasado a ser conocimiento común compartido el hecho de resolver la incógnita acerca de si se trata de un electorado peronista disconforme con la gestión o los modos de liderazgo de CFK (pero peronista al fin y al cabo) y que no votarían a un candidato no peronista o, bien,  un electorado abiertamente opositor al gobierno que nunca votaría por un candidato del gobierno. Saber cuál es la porción de cada una de estas dos tendencias en el electorado del Frente Renovador, es la incógnita a resolver, incluso para el propio Massa. Inclinarse en favor de Scioli o de Macri, seguramente a cambio de algo, será un riesgo que deberá sopesar cuidadosamente. O bien dejar en libertad a su electorado evitando definirse frente al mismo y no correr el riesgo. La resolución de esa incógnita dirimirá en gran parte el ballotage de noviembre. 

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