miércoles, 23 de agosto de 2017

La Matanza: los límites competitivos informales

Los prejuicios sobre la política en el conurbano se han vuelto un lugar común. Los diagnósticos sobre la existencia de subsistemas políticos subdesarrollados, no es nueva. En la actualidad renace con los estudios sobre autoritarismo electoral subnacional, o con las más metafórica terminología de la existencia de feudos. En esos términos se habla de las provincias del NOA o del NEA, y de algunas de Cuyo o Patagonia (al respecto recomiendo el articulo del TuQmano, que puede visualizarse aquí). En el ámbito municipal de la zona conurbanada a la CABA -el Gran Buenos Aires como se solía denominarlo- se acuñó la expresión de "Barones del conurbano", para describir a muchos de los intendentes que tenían una alta taza de reelección y que, en término más políticamente domésticos, habían "alambrado el municipio". Con estas expresiones se intentaba describir una situación en la cuál, los titulares del poder político local, parecían ser imbatibles. La expresión con el tiempo se extendió a los 24 intendentes, sin discriminar o diferenciar patrones de comportamiento político electoral alguno. Por ejemplo, en un artículo del diario La Nación de 2015 se aplicaba la categoría a todos, pese a las diferencias (ver aquí). Aunque no hace falta aclararlo, el término comporta una fuerte connotación negativa. Recientemente en el XIII de la SAAP un par de colegas analizan comparativamente a éstos con otros intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de poner en números qué tan diferentes son los supuestos "Barones del Conurbano" (recomiendo los Work in Progress de Gabriela Porta y Carlos Varetto).

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A propósito de ello, el Municipio de La Matanza está asociado a ese imaginario. Es el municipio más poblado de la provincia y, comparativamente,  su padrón electoral (1,087,343 electores) supera a la gran mayoría de las provincias. Sobrevivió a la oleada de reorganización administrativa del año 1993 en la que varios municipios "grandes" del conurbano fueron divididos: Morón (Por Ley Provincial Nº 11610 sancionada el 28 de diciembre de 1994 se establece la creación de los partidos de Ituzaingó y Hurlingham a partir de la división del antiguo partido de Morón. ) y General Sarmiento (El 20 de octubre de 1994, Ley Provincial Nº 11551 se crean los municipios de Malvinas Argentinas, San Miguel y José C. Paz). Y en la actualidad es objeto de varios planes y proyectos de división. El tema es apasionante, y vengo trabajando lento pero continuado sobre la política municipal bonaerense desde 1983 hasta la fecha (publiqué en Revista de la SAAP 2014, se puede bajar aquí, un estudio sobre el sistema electoral y la determinación de escaños de los concejos deliberantes de los municipios de la Provincia de Buenos Aires). 

Con los resultados de las PASO 2017, una vez más, se pueden observar algunos elementos presentes en la política "matancera" que abrevan al imaginario, y otros que no tanto. Debajo pego los resultados electorales de todas las elecciones municipales desde 1983 hasta la fecha (para intendente y concejales).

Con estos resultados tenemos para empezar. En primer lugar, destaca que el partido más votado siempre fue una expresión peronista, ya sean los diferentes Frentes Justicialistas hasta 2005, como el FPV desde entonces. En 2003 y 2005, el FPV hizo frente a una segunda fuerza de signo peronista. De hecho, en la elección de 2005 la segunda fuerza fue el PJ, mientras que la primera el FPV conducido por el entonces intendente Ballestrini.
En segundo lugar, se pueden observar a diferencia de otros distritos bonaerense, la inestabilidad de las segundas fuerzas. Hasta 1999 dominó la UCR, con excepción de la elección de 1995 en la que el FREPASO fue la segunda fuerza (1997 y 1999 ambas fuerzas confluyeron en la Alianza por TEJ). Desde 2007 el PRO (en diferentes alianzas) comienza a perfilarse como la segunda fuerza del distrito, aunque en 2011 ese puesto lo obtiene Nuevo Encuentro y en 2013 el Frente Renovador. Las segundas fuerzas fueron identificadas por colores según partido o frente.
En tercer lugar, sólo en tres ocasiones hubo una competencia relativamente cerrada: en 1983 y 1985, el PJ y la UCR estaban muy cercanas. Pero el margen de victoria se expande desde entonces hasta 1997 y 1999 con la llegada de la alianza (y la candidatura de Pinky). Con posterioridad, el margen de victoria vuelve a acrecentarse hasta llegar a superar los 50 puntos porcentuales, en la elección de 2011. En las elecciones de 2013 se puede observar una elección reñida con el Frente Renovador (una fractura del peronismo).
En cuarto lugar, y es lo más distintivo en cierto modo, pese a la hegemonía del Peronismo (con algunas coyunturas competitivas, como las destacadas en el párrafo anterior) los intendentes solo estuvieron en el ejecutivo municipal tan sólo dos periodos consecutivos. En ningún caso observamos los años de duración que caracterizan a otros municipios del sur, del norte y del oeste del conurbano bonaerense:

  • Federico Russo (1983-1991) se mantuvo en la intendencia, al igual que Hector Carlos Cozzi (1991-1999), por ocho años (este ultimo, como "delegado" del empresario y jefe territorial Alberto Pierri). 
  • Con la caída del poder de Pierri, se viene el ascenso de Alberto Ballestrini (1999-2005) quien estuvo tan solo 6, ya que en 2005 se fue como presidente de la cámara de diputados de la nación y posteriormente como vicegobernador de la provincia de Buenos Aires (hasta su ACV y posterior fallecimiento). 
  • En lugar de Ballestrini quedó Fernando Espinoza, quien asumió interinamente hasta 2005 y desde entonces cumplió sus dos períodos hasta 2015. Es quien más ha gobernado La Matanza.
  • En 2015, comienza la era de Verónica Magario que, si el patrón se corrobora, finalizará en 2023.
Los resultados electorales nos informan de la hegemonía del peronismo como movimiento político, mas no necesariamente del PJ o de algun Frente Justicialista en particular. Pero esa hegemonía es sólo el reflejo de una competencia política interior, que ha impuesto límites entre las facciones del peronismo. Ello explica el final de Russo en 1991, la era Pierri desde entonces, y el ascenso de Alberto Ballestrini en 1999. [Una breve reseña de la historia política reciente de La Matanza, puede consultarse en Arte Política (ver aquí)]. Desde luego, esos límites son informales, no están escritos en ningún lado. La nueva reforma electoral que pone fina a las reelecciones indefinidas, encuentra en en La Matanza un buen caso testigo de adecuación informal a esa regla.

Quiero decir, con todo esto que, cuando clasificamos o caracterizamos a La Matanza, no pueda ésta ser subsumida ni en la misma categoría de los presuntamente "gobiernos feudales" (provinciales o municipales), ni sus intendentes caben en la de "Barones del Conurbano" (aquellos que se reeligen entre 3, 4, 5 o 6 veces consecutivas). A mi modo de ver, en el imaginario hay muchos lugares comunes no sólo políticos, también urbanos, estéticos, sociales y culturales, pero eso es otra cuestión.

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